La ilusión de la separación.
Nos construimos a través de los pensamientos acerca de quién soy y quiénes son los otros. Hay una línea divisoria, una separación que usa la frontera de la piel como límite.
Con la práctica del Mindfulness es más fácil tomar cierta distancia de esta separación que crea nuestra mente. Se fortalece esa relación que existe entre unas personas con otras, con el mundo y con la vida global.
Quizás proyectes en otros los sentimientos y emociones que no toleras en ti, haciéndole ver que está enfadado cuando, en realidad, es tu enfado el que necesita salir. Y tal vez culpas a otro con la responsabilidad de “hacerte sentir mal”, sin darte cuenta de que esa elección es tuya y sólo tuya. Porque la emoción surge de cada persona.
Continúa con la unidad, si quieres saber y prácticar.