La culpa.
Las personas con enfermedad sin esperanza de cura, con su existencia condicionada por una fecha o con una difícil condición vital, suelen sentir la culpa como compañera. Tal vez sea que la forma de vivir parece haber provocado la enfermedad. En forma de preocupación por las personas que ama; no querer ser una carga. Puede surgir en sentimientos de rabia hacia la salud de otros. Pueden ser creencias familiares, religiosas o espirituales las que den fuerza a la culpa.
Los sentimientos de culpa son un plus añadido a la situación, que nunca favorece a la persona, a sus familiares o a los profesionales que los acompañan. ¿Qué hacer ante esto?
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