Pensamientos de calidad.
Día 17
Creemos que somos dueños de nuestros pensamientos porque podemos verlos, sin embargo no es así. Es cierto que, en ocasiones, logramos mantener el foco en algo y tenemos cogida la brida que sujeta al pensamiento.
Según palabras del Psicólogo sistémico, Joan Garriga, más o menos, el 50% del producto mental es mero ruido o niebla tóxica que evita que accedamos al silencio interior que es, de por sí, sanador. Son pensamientos distractores, de lo realmente importante.
Hay otro 30% de los pensamientos que discuten siempre con lo que ocurre, con la realidad. Esta lucha constante por pretender que las cosas sean como no son, causan angustia, tensión y nos atormentan. Esta porción de pensamientos están dirigidos por nuestro pequeño yo, nuestro ego, con sus quejas, sus juicios, sus roles de víctima o perfeccionista. Esta parte es la que niega, confronta, cuestiona, exige o lucha con la realidad. La lucha con la realidad es siempre una batalla perdida y creer este personaje nos cansa y nos enferma. Son pensamientos tóxicos.
El 20% restante es el pensamiento útil, nutritivo, funcional y que nos da energía. No es pensamiento positivo, per se, sino que se componen de acción, crean caminos. Son pensamientos que protegen, respetan, mejoran y embellecen lo que pueden. Son productos de la mente que nos acarician, son cálidos para el corazón y nos aportan bienestar.
Pensar, pensar, pensar. Queremos encontrar la solución dando vueltas a lo mismo. Se ha denominado efecto levadura, a ese proceso que se produce a partir de un pequeño problema, idea o inconveniente y que por nuevas relaciones de ideas, generan más inconvenitntes, problemas y temores hasta que terminan apoderándose de todo el espacio mental. El resultado es agotador y sin conclusiones válidas.
Cuando el pensamiento es creativo, provechoso, eficaz y favorable, el proceso termina con una sensación relajante y satisfactoria.
Observar la cantidad y calidad de tus pensamientos es la premisa para hoy.
Observa si te atrapa el parloteo mental.
Observa cómo se encadena un pensamiento a otro.
¿Te enganchas a lo que ya pasó, a lo que dijiste o podías haber dicho?
¿Pierdes horas de sueño, rumiando cualquier cuestión rutinaria hasta hacerla desproporcionada?
Observa si tus pensamientos son distractores, tóxicos, o útiles y al servicio de tu vida. Reconoce y recibe con agradecimiento el pensamiento útil. Concédele espacio, recréate en él para que te lleve a la acción adecuada y a la calma interior.
Carmen dice
Hola Geni. Si que en éstos días me andan rayando pensamientos y para encima me han querido timar. Sí, así como suena. Esto hace que desconfie y a la vez mis pensamientos se bloquean. Pero por otra parte también sé ,mi otra parte, por decirlo así, esos asuntos que tengo que hacer conllevan sus pasos. Tengo que estar alerta a los mensajes que el universo me manda. Confiar más en mi misma y si me equivoco la proxima vez me saldrá mejor. Mil besos y buen domingo.
Generosa Lombardero dice
Hola Carmen. Las experiencias forman parte de nuestra vida. Como tú dices, no se trata de extremos, se trata de prestar Atención a lo que surge, teniendo en cuenta lo vivido. Les suelo decir a mis hijas: «Hay que confiar y cerrar la puerta de casa». Combinar intuición y razón. Gracias por tu comentario y tu aporte personal.