La Comparativa
Día 28
Como ya has observado tu diálogo interno, puedes dar fe de que va por libre. Opina, juzga, comenta, atemoriza y, también compara. Se encarga, constantemente, de que nuestro inconsciente realice una evaluación para situarnos por encima, por debajo o al mismo nivel que…lo que sea.
Las comparativas pueden ser infinitas: capacidad, belleza, salud, talento, edad, inteligencia, dinero, circunstancias personales, etc, etc, etc. Ocurre lo siguiente:
- Si nos creemos lo que dice nuestro comentarista interno y nos colocamos por debajo del otro, surge la envidia, la inseguridad y la falta de confianza.
- Si nos colocamos por encima, en la comparativa, nace un sentimiento de superioridad y orgullo arrogante.
- Si nos colocamos a la par, aparece la competitividad.
Por supuesto, esto lo saben las empresas de publicidad que utiliza esta tendencia mental inconsciente, para llevarnos hacia donde quieren.
Cualquiera que sea la posición en la que nos coloquemos, nos separa del otro, nos consume energía y nos hace ver que estamos solos contra la vida, solos en el mundo y tenemos que luchar para sobrevivir.
Vivir en la separación, la carencia y la lucha, es una visión realmente absurda y desalentadora, que nos desconecta de la abundancia que realmente somos.
La comparativa es un automatismo mental inconsciente, que nace en la época de las cavernas, de la necesidad de valorar el posible peligro para decidir la lucha o huída. Ya no es útil, sin embargo nos causa mucho sufrimiento.
Ante la comparativa podemos cultivar el agradecimiento y la empatía. Podemos conectar con la sensación de ser parte de un algo mucho más amplio, en el que cada quien hace su función, sea la que sea, siempre útil. Son útiles las dos manos, son útiles los dos pies. Comprendernos dentro de un todo interconectado, en el que todos los seres estamos unidos. Una visión más amable y motivadora con la que vestirse cada día.
En el día de hoy observa la tendencia a la comparativa. Sé consciente de la defensa o la inclinación a la separación. Detecta las sensaciones de superioridad, inferioridad o competitividad, para decidir sentir la humanidad compartida de la que todos formamos parte.
Puedes preguntarte ¿Qué tenemos en común esta persona y yo?
Escucha tu respuesta interna, esa que sale del corazón. Hazlo también con quienes crees más alejados de ti o con quienes te producen más rechazo.
En realidad todo ser humano persigue y busca las mismas cosas, más relacionadas con la esencia del ser que con el ámbito del tener.
Decide hoy ser parte de algo mayor, decide ser parte de la abundancia.
Belén dice
Holaaa, no suelo usar la comparativa pero sí mucho.. juzgar, es algo con lo que lucho todos los días pero me cuesta no hacerlo.
Hoy , voy a estar muy consciente en ello… espero conseguirlo!!!
Generosa Lombardero dice
Hola Belén. La comparativa es algo que está ahí y forma parte de nuestro proceso mental. La cuestión es ésta, «algo con lo que lucho todos los días». Observar qué aparece, es lo interesante. No resistirse a ello, permitir que esté ahí sin determinar la acción. Es el paso de la teoría a la práctica. Bajar a tierra lo que sabemos, sin lucha, sin resistencia. Te agradezco el comentario porque son los matices los que marcan la diferencia. Un abrazo.
Marina dice
Hola.. Sentir ser parte de algo global.. No establecer comparativa es una lucha constante k incluso a mi me agota.. Porque la mente.. Ese pensamiento k te surge de modo automatico sin querer no te deja un respiro.. Y hay k estar muy alerta para no caer en comparativas.. Un saludo
Generosa Lombardero dice
Hola Marina. Sí, es realmente agotador sentirnos separados y en lucha constante. Formar parte de un todo es mucho más acogedor y dulce. Desde la confianza que cada persona cumple su función, la adecuada. Cada ser es único, sin embargo nadie es especial. Gracias por tu comentario.