Inconvenientes
Día 35
Solemos poner etiquetas a todo e incluso las polarizamos: bueno o malo, agradable o desagradable, fácil o difícil…Ocurre que cuando aparecen circunstancias malas, personas desagradables o cuestiones difíciles, eso que no quisiéramos que estuviera ahí, tratamos de que eso cambie.
Efectivamente, apostar con las cartas que nos tocan es lo adecuado. Buscar la mejor mano en el juego de la vida nos hace ser creativos. Sin embargo, ¿qué ocurre cuándo no encontramos solución o la que se nos presenta no nos parece tal? ¿qué sucede ante enfermedades, asuntos sociales o laborales que nos determinan? ¿qué pasa ante la muerte?.
¿Cómo nos enfrenamos ante lo que no queremos que esté presente pero está? ¿Huimos, lo negamos, lo ignoramos, lo ocultamos?
Tal vez todas estas estrategias resultan inútiles. Tal vez la lucha desesperada no da frutos y lo que hay que cambiar es la actitud. Sea lo que sea lo que está ocurriendo, está ocurriendo. Negarlo, tratar de no verlo o resistirnos a ello, solo produce o aumenta el sufrimiento.
Las circunstancias externas, son eso, del exterior y lo único que está en nuestras manos es lo interior. La actitud ante lo que sucede. La práctica del Mindfulness ayuda a poder observar el modo en que respondemos ante las circunstancias de la vida. Podemos decidir cultivar una actitud de aceptación y apertura ante los inconvenientes. Se trata de reconocer lo que tenemos ante nosotros y actuar de una manera acorde a lo que ocurre.
Hay que dejar algo claro, la aceptación no es resignación, sino reconocer lo que hay en este momento. Aceptación no es pasividad, ni mucho menos. La aceptación nos impulsa a la respuesta y hacia nuevas posibilidades o alternativas para lo que ocurre. La aceptación se trata de estar sereno ante la realidad. Comprender que los inconvenientes forman parte y son vida. La equivocación, el fracaso, el suspenso, la dificultad, el error son parte de este camino vital.
Y es nuestra mirada la que produce la transformación. Es nuestra aceptación la que hace de palanca, la que crea la ocasión, la que lo hace conveniente y que todo sea un aprendizaje.
Únicamente cuando dejamos de pelearnos con la vida, comenzamos a vivir de una manera diferente y serena. Porque si aparece un gran charco en el camino y ante la imposibilidad de secarlo, lo bordearemos o construiremos un pasarela.
La aceptación nos aporta responsabilidad, poder y libertad para elegir. La aceptación también nos ayuda a comprender que todo lo que sentimos, todas las emociones que nos surgen son totalmente humanas. No tenemos que luchar contra ellas porque aceptarlas nos da la posibilidad de elegir una respuesta adecuada.
En el día de hoy observa tu actitud ante las dificultades que surjan o situaciones complicadas que estás viviendo.
¿Cómo es tu reacción ante lo que te desagrada, ya sean personas o hechos? ¿Qué pensamientos y emociones nacen en ti?
Dar una respuesta equilibrada y compasiva contigo, cuando aparecen los inconvenientes, es un acto valiente que evita tu sufrimiento y con el que cultivas el bienestar.
Observa. Observa y descubre para rescatar algo de esos momentos y para poder ver la posibilidad del aprendizaje.
La oportunidad de aprender siempre está ahí. Esperando ser descubierta tras el inconveniente.
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