Introducción. ¿Qué vamos a hacer?
Todos sufrimos contrariedades, disgustos, dolor emocionales y afectivos de diversa naturaleza. Como adultos, la mayoría de las veces no podemos identificar exactamente esos malestares y en otras muchas ocasiones ni siquiera expresamos lo que sentimos. Vamos llenando la mochila emocional y nos movemos por la vida como podemos con el peso que cargamos en ella.
Lo mismo sucede con los niños o jóvenes: “Es pequeño, no se entera” o “no tiene la edad para entender” son frases parte de la costumbre social que no tienen base real. Porque cada persona tiene un corazón que siente y padece, la única diferencia es el chasis. El tamaño del cuerpo en que ese corazón está incluido.
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