Corazón es vida
Puedes acostumbrarte a reconocer las tensiones físicas, los sucesos que las provocan, los que te generan estrés y los cambios en la respiración que son los que influyen en el ritmo cardiaco. A Respiración corta, irregular y agitada, corazón más alterado
La práctica continuada del Mindfulness hace que, con el enfoque en la respiración, esta se ralentice y se haga estable. Así la tensión junto con el ritmo cardiaco se asientan en una coherencia cardiaca habitual.
Como en la mayoría de las ocasiones, es la constancia y el hábito las que son capaces de llevarte a este logro saludable.
Situarte en esa calma atenta, desde donde dejas pasar las nubes de pensamientos y no juzgas lo que sientes, hace, que cada vez más fácilmente, el corazón y todos tus recursos internos estén sincronizados. A eso se llama estar en la zona o en estado de flujo.
Aprende más sobre esta zona y cómo situarte en ella.
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